León
Las Cabezadas

Las Cabezadas

Frente a la portada de San Isidoro hay una estatua de bronce negro sobre un pedestal de piedra de base cuadrada.
Representa al abad de la colegiata y al alcalde de la ciudad y conmemora un hecho que tuvo lugar
Desesperados tras una pertinaz sequía, sacaron los restos de San Isidoro en procesión y llovió abundantemente «en los campos de León y su alfoz (periferia)», según se dice en el «Chronicon Mundi» de Lucas de Tuy. Desde entonces, todos los años el Concejo de la ciudad ofrece en agradecimiento un cirio de una arroba y dos hachas de cera al Cabildo, momento que recoge el monumento. Al parecer, la primera vez hubo una cierta discrepancia entre el síndico, que sostenía que se trataba de una ofrenda voluntaria, mientras que el clérigo aseguraba que se trataba de un foro, es decir de una obligación.
La discusión se saldó con tres reverencias con inclinaciones de cabeza por ambas partes, «Las Cabezadas» que se repiten teatralizadas el último domingo del mes de abril.