Muxía (La Coruña)
Santuario de A Virxe da Barca

Santuario de A Virxe da Barca

Según la leyenda:
La Virgen, vino a este lugar en un barco de piedra para dar ánimos al apóstol Santiago, para que continuara con su labor de divulgación de la doctrina que Jesús le había enseñado. Las piedras que se dispersan por el lugar son los restos de la embarcación. Se dice que debajo de una de estas rocas, se encontró la imagen de la Virgen y fue llevada hasta la iglesia de la Villa. Misteriosamente la imagen desapareció del templo y fue hallada extrañamente de nuevo en la roca donde había sido originalmente encontrada.
Fue por esto que se construyó en este lugar, a pie de mar, el templo donde la Virgen quiso quedarse.

La tradición se remonta a cuando Muxía era lugar de paso obligado para muchos peregrinos camino de Fisterra, provenientes de Santiago y así poder acabar la peregrinación. Casi con seguridad, la tradición derivaría de otros ritos paganos más antiguos relacionados con el culto megalítico.

Piedra de “Os Cadrís”.

Con forma de riñón y se ubica muy cerca del templo.
Es la “vela” de la barca de la Virgen y se cuenta que alivia y cura enfermedades de riñón, de espalda y de cabeza a quién pase nueve veces por debajo.

“Pedra de Abalar”.

Dicen que se mueve cuando quiere. A veces se colocan muchas personas encima y no se balancea y otras se balancea sola. Su movimiento preconiza alguna desgracia o tiene capacidades adivinatorias. Pero a finales de la década de los 70 un rayo rompió la piedra y un fuerte temporal la movió. La arreglaron hasta en cuatro ocasiones… aun así, menear la piedra de ‘abalar’ hoy en día es misión imposible pero sigue siendo un gran atractivo para los visitantes que no desisten en su empeño.

“Pedra dos Cadrís”.

Con forma de riñón. Según la leyenda, alivia y cura enfermedades de riñón, de espalda y de cabeza. Eso sí, para que surja efecto hay que pasar nueve veces por debajo de ella.

“Pedra do Timón”.

Por su similitud con el timón de un barco.

“Pedra dos Namorados”

Donde las parejas se juran amor eterno.

Desde 2003, dos enormes bloques de piedra separados por una grieta nos recuerdan ese chapapote que pintó de negro A Costa da Morte. Es el monumento bautizado con el nombre de “a ferida” (La herida) en memoria de la catástrofe ecológica causada por el ‘Prestige’.

Ubicación del Santuario
43°06'45.577"N 9°13'09.681"W
43.112660161430455, -9.21935589740121