Castellón de la Plana
Fiestas de la Magdalena

Feria y Fiestas de la Magdalena, Castellón de la Plana.

Leyenda del traslado
Cuenta la leyenda más popular que los habitantes del Castillo de Fadrell dispusieron su bajada oficial para la tarde del tercer sábado de Cuaresma. Esa noche debían trasladarse a la recién levantada nueva ciudad las mujeres, los niños, las autoridades eclesiásticas con el Cristo Yacente entonces patrón de la villa y las autoridades forales de los recién constituidos Jurats, dejando en su antiguo asentamiento a un pequeño regimiento militar y al Alcaide de la fortaleza. El traslado tomó un carácter festivo y como eran conocedores de que sería largo y fatigoso, colgaron faroles de sus gaiatos
Con los años y la pacificación de la zona, el Castillo fue abandonado, por lo que ya no se producían las frecuentes visitas entre los dos núcleos de población. Aprovechándose de sus ruinas, un fraile eremita del cercano monasterio carmelitano del Desierto de las Palmas se instaló en uno de los aljibes que convirtió en ermita dedicada a Santa María Magdalena, iniciando así un culto muy popular en la zona. Su muerte fue muy sentida por la población castellonense, que acudió en romería para celebrar su última despedida. A la vuelta empezó a llover fuertemente, lo que les recordó a la leyenda del traslado y decidieron construir una nueva ermita en honor de la santa y celebrar rogativas en los tiempos de sequía y necesidades, marcadas por un fuerte sentido religioso en pleno tiempo cuaresmal. El posterior descubrimiento de la Virgen de Lledó por Perot de Granyana y la construcción de numerosas ermitas más cercanas al núcleo de la villa hicieron decaer la devoción a la Magdalena, a la que solo se recurría en etapas de graves importunios.
La noche del día en el que se celebraba la rogativa a la Magdalena se acostumbraba a hacer desfilar por las calles de la Villa pequeñas gaiatas
Ubicación de la ermita:
40°02'04.9"N 0°00'21.6"W
40.034700, -0.006006